Café de Papel

Desde hace quince años gasto lápices y teclas en el ámbito de la comunicación. Capturo instantes, ideas al vuelo y pestañeos fugaces. Un café y conquistaré el mundo.


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El Cotillo, donde la felicidad se pinta de turquesa

Si pronuncias tres veces ‘El Cotillo’ (repítelo ahora conmigo que nadie te oye) es más que probable que tu deseo de visitar este pueblo marinero de Fuerteventura se convierta muy pronto en realidad…

En este enclave se disfruta de una de las puestas de sol más hermosas de Canarias. Y no sería de extrañar que cuando cae la tarde, sea en su litoral donde los dioses se den el último baño de la jornada.

Al norte de Fuerteventura, y a pocos kilómetros de Corralejo, este pueblo del municipio de La Oliva está salpicado por detalles que recuerdan la esencia y el carácter de sus habitantes. Elementos de pesca o fotografías gigantes escondidas en pequeños callejones de pescadores, surferos, fauna marina…

Si recorres El Cotillo sin prisas, sus callejuelas te llevarán inconscientemente al muellito, donde todo y todos confluyen. La oferta para disfrutar de un almuerzo o una cena se ha ampliado en los últimos años. Desde sitios más que conocidos como La Vaca Azul, pasando por los muy recomendables El Callao y Tosho Gastro-Bar.

Pero el café, el primer café de la mañana puedes saborearlo en un lugar que te sonríe a través del color de su establecimiento y de las banderillas agitadas por el viento esperando los días de fiesta. Puerto Dulce te hace un hueco en las mesas de su terraza exterior, y allí podrás ‘tempranear’ a la hora del desayuno o si llegas a media mañana, su brunch también es una buena opción. Cocina sencilla con toque mediterráneo ambientada en un espacio más que mágico.

El Cotillo bien merece una estancia de más de un día, pues escapa, todavía, de la masificación de los núcleos turísticamente más visitados. No obstante, si Fuerteventura se encuentra en tus planes de viajes, vacaciones, escapadas o por qué no, de retiro, mira más allá de sus 150 kilómetros de playa.

Aleja de tu concepción el sambenito típico y tópico de ser un paraje extenso y seco. Esta isla, la que acogió al escritor, pensador e intelectual Miguel de Unamuno, cuenta con senderos, caminos y barrancos que te muestran con igual certeza la belleza de su territorio como la dureza de hacer y crear vida allí. Y si buscas agua y fuentes, créeme, las encontrarás.  Solo hace falta bajar del coche y caminar.

Los majoreros lo saben muy bien. Isleños de tesón que han convertido las asperezas de la naturaleza en oportunidades. Fuerteventura es hoy Reserva de la Biosfera. Su producción ganadera caprina y sus quesos son mundialmente reconocidos. Los agricultores han puesto en el mercado su aceite de oliva  y la cultura de la vid con su primera bodega. Su cielo, límpido, es un reclamo para la observación astrononómica. Riqueza natural y patrimonial que puedes recorrer girando a cada uno de sus puntos cardinales.

Podría seguir enumerando bondades, pueblos, guía de senderos y fiestas locales. Solo que en esta ocasión, el protagonista es El Cotillo, donde la felicidad se pinta de turquesa.

Enlaces de interés:

https://www.holaislascanarias.com/fuerteventura/

http://www.cabildofuer.es/portal/

http://visitfuerteventura.es/

https://saboreafuerteventura.es/